martes, 16 de octubre de 2018

Tiempo de nuevas lecturas



Un nuevo año de lecturas, algunas de ellas, para mi gusto, no tan afortunadas como en años anteriores, pero lecturas, al fin y al cabo, que nos permiten viajar por mundos distintos y abrir las puertas de la imaginación.
En una lectura de las tertulias del año anterior, La biblioteca de los libros rechazados, encontramos la referencia al primer libro que abordamos en esta ocasión, pues parecía una obra muy interesante. Se trata de La conjura de los necios, del estadounidense John Kennedy Toole. Según aprendimos, el autor no logró que su libro fuera publicado mientras vivió. Se suicidó a sus 32 años; al parecer, el sentirse un escritor frustrado contribuyó a su fin. Fue la madre del autor quien, luego de mas 20 años de perseverante insistencia, convenció a una editorial universitaria para que lo editara. El libro alcanzó un gran éxito y fue galardonado con un premio Pulitzer. El autor fue comparado con grandes escritores, de la talla de Cervantes, Dickens, Swift y otros. Una trama que se centra en un desagradable personaje, que es un vividor, un vago oportunista y un abusador que se aprovecha de cualquier persona o situación, quien vive en un mundo de excéntricos con quienes también resulta difícil lograr empatía. Difícil también entender porqué el protagonista fue elevado a la categoría de héroe, comparando su despreciable personalidad con la genialidad de El Quijote. Quizá su carácter autobiográfico hizo que nadie quisiera publicar su obra y quizá su éxito refleje algún lado sórdido de la sociedad que lo acepta y enaltece. Para algunos, una obra maestra, imprescindible, inevitable. En mi caso, no causó esa impresión. Ni de lejos.
La siguiente lectura fue Bajo el árbol de los toraya, del francés Philip Claudel, un autor ya conocido en nuestra tertulia, quien no nos defraudó con su relato alrededor del afecto y de la historia de la pérdida de un ser querido. El protagonista es un cineasta anónimo, lo que sugiere un carácter autobiográfico de esta obra, al ser Claudel mismo un cineasta. En la novela, su mejor amigo y productor enferma de cáncer y muere en el curso de un año. Los ritos funerarios del pueblo indonesio al que hace referencia el título pueden durar varios años. El libro parece ser un homenaje póstumo a la pérdida de su amigo, con una reflexión profunda sobre la vida, los intentos vanos por prolongarla o por aparentar que no la perdemos día a día, y sobre el amor, el fraternal, el de pareja y el que está implícito en la amistad. Un breve e intimista relato que aborda los misterios de la vida y la muerte a través de la mitología de un pueblo lejano y los recuerdos de las muertes de algunos conocidos, así como de las esperanzas que se tejen alrededor de una nueva relación.
Nuestra siguiente lectura nos atrajo porque fue vendida como una historia reveladora acerca de la vida del último presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. Se trata de La decadencia de Nerón Golden, del autor de origen indio Salman Rushdie. Una historia larga, algo tediosa, en la que no es fácil encontrar una relación entre el personaje principal, un magnate de oscuro pasado (y de origen indio) y la vida del actual presidente. El narrador, además de omnisapiente, en ocasiones parece prepotente. El patriarca de la historia es un personaje difícil de asimilar, y hay muchos personajes que no parecen bien desarrollados o cuyo papel en la trama no es claro. Aunque hay una crítica tangencial al resultado de la elección del presidente de marras, tratar de vender esta novela como una revelación importante acerca de la vida de ese presidente parece ser un truco de publicidad engañosa. El «ascenso del Joker» luego de la presidencia de Barack Obama tampoco es un tema que sea tratado con suficiente profundidad como para considerarlo como una revelación sobre el presidente Trump. Hay duras críticas a la sociedad norteamericana y a algunos de los valores de la sociedad moderna, sean o no de ese país. En su extenso relato, Rushdie también reflexiona sobre temas diversos, como los intereses económicos de las personas y sus posibles consecuencias, personificados en Vasilisa, la nueva esposa-bruja del multimillonario y septuagenario Nerón Golden (Baba Yaga es una bruja del folclor ruso, una anciana que vive en el bosque y engaña a sus visitantes para comérselos. Una de las más famosas historias de Baba Yaga es el relato de Vasilisa la Hermosa, quien logra superar las pruebas de la anciana para librarse de su abusadora familia adoptiva y terminar casándose con el Zar). Los tres hijos de Nerón son tres ejemplos de crisis existenciales distintas, incluyendo la de identidad de género, que desembocan en diferentes catástrofes familiares o personales, con un final incendiario que recuerda al del emperador romano, con algunos matices poco creíbles en esta historia llena de referentes que no son del todo claros.
Seguimos con una colección de relatos breves, Pájaros en la Boca, de Samanta Schweblin. La autora es una joven argentina radicada en Alemania, que ha surgido recientemente por haber obtenido diversos reconocimientos en su género preferido, el cuento.  Precisamente, esta es una recopilación de cuentos, la mayoría de los cuales están ambientados en Argentina, tanto en los pueblos del interior del país como en la ciudad de Buenos Aires. Sus relatos son acerca de la extrañeza, manejada en forma tan natural, que sus personajes no parecen afectarse por las situaciones irreales a las que se enfrentan. Schweblin camina en una cuerda floja tendida entre lo real y lo fantástico. En ocasiones se balancea hacia lo imposible, y regresa pendularmente hacia una vida que parece común y corriente, a pesar de las escenas casi surrealistas que enfrentan sus personajes. La dimensión de la incertidumbre en su narración es tal, que en algunos de sus relatos es difícil seguirla. Tanto, que a veces parece excesiva su fascinación por lo inverosímil. Aunque es una cuentista sorprendente y detallista, esa tendencia a mantenerse cerca de la frontera entre lo aceptable y lo que no lo es, puede hacer que algunos de sus lectores desistan en su intento por seguirla.
De Kader Abdollah, un físico iraní exiliado en Holanda y también conocido de nuestras tertulias, El reflejo de las palabras, un relato centrado en la historia reciente de Irán en la época del dominio del tirano Shah, quien a la postre tuvo que exiliarse para dar paso a otro régimen caracterizado por los excesos contra la población, el del líder religioso ayatola Jomeini. La novela cuenta de las dificultades para la comunicación que hay en las relaciones humanas. En este caso, entre un padre sordomudo y su hijo. Cuando niño, su tío tuvo la idea de que la mejor manera de hacerle pasar el tiempo fue llevarlo a unas cuevas antiguas cuyas paredes estaban llenas de una de las primeras formas de comunicación escrita, la cuneiforme. Se supone que el niño sordomudo aprendió y descifró ese lenguaje e hizo extensas anotaciones en un cuaderno, anotaciones que solo él puede comprender. Este interesante hilo resulta al final algo inverosímil, pues muchos años después, su hijo, cuando ya no cuenta con su padre para intentar comunicarse con él, emprende la tarea de traducir el diario del padre, plasmado en un cuaderno en su versión de escritura cuneiforme. Evidentemente, una tarea que solo puede funcionar como recurso literario, pues sin su padre cualquier interpretación sería personal, como la que su padre hizo de esa escritura cuneiforme cuando era joven. El momento histórico narrado presenta algunas interesantes revelaciones acerca de un país distante para nosotros. El complejo asunto de la comunicación, agravado por la limitación del padre para comprender un mundo que no oye y con el que no puede hablar, es tratado con sutileza e imaginación, mientras los personajes discurren en los enredos de una situación política que afecta a toda la familia, hasta el punto en que el hijo debe huir de su país. Es el hijo quien debe dejar atrás a su padre, y es el padre quien decide quedarse en el único mundo que alcanza a comprender a pesar de sus limitaciones para comunicarse con él. En este caso «él» es su país, su entorno, su familia, su hijo. A partir de un lenguaje indescifrable, que carece de interlocutores, como lo es la escritura cuneiforme, el padre inventa un lenguaje con el que tampoco encuentra interlocutores. Esas palabras escritas por el padre llegan a su vez al hijo, que intenta interpretar las palabras que nunca oyó a su padre. La difícil tarea del hijo es conseguir que el libro hable y descifrar el secreto de esas palabras.
La siguiente lectura fue El gigante enterrado, del británico de ascendencia japonesa Kasuo Ishiguro. En esta obra, el tema principal y recurrente es el olvido. Los recuerdos, que son imprescindibles para todos, se borran ante la presencia de una neblina fantástica que proviene del aliento de un dragón hembra. Ambientada en la Inglaterra medieval, donde son posibles los caballeros, los ogros y otros monstruos que habitan los bosques, la pareja protagonista emprende un viaje por el olvido, en un intento por recuperar la memoria de su hijo extraviado, cuya desaparición y aparente exilio fue causado por eventos que ellos tampoco recuerdan. Su larga travesía en busca de su propio pasado enfrenta sus miedos y se acompaña de encuentros con personajes de fábula, algunos de ellos también viajeros, que caminan juntos a lo largo de partes de los tramos de su búsqueda. Estos personajes disímiles tienen en común el guardar secretos y cargar con culpas. Según su costumbre de involucrar a sus lectores, Ishiguro parece dejar algunos espacios para que esos vacíos de la memoria sean llenados por el lector. Al final, la épica búsqueda es también es una especie de encuentro consigo mismos.
La siguiente lectura fue una especie de historia novelada, Hermanos de tinta, del colombiano  Nahum Monnt. Quizá se pueda describir mejor como un intento de historia de época, que aprovecha un momento histórico en el cual habría sido posible hacer coincidir a dos grandes de la literatura, William Shakespeare y Miguel de Cervantes. La obra es ambientada en Valladolid en el año de 1605, cuando se va a ratificar un tratado de paz entre los países de estos dos hombres de letras.
Sin embargo, el autor no desarrolla muy bien a sus personajes, y utiliza recursos poco creíbles para tejer su historia. Aunque algunos pasajes están bien escritos, muchas de sus descripciones parecen excesivamente detallistas, sin una clara justificación para semejante minuciosidad. Al final, no parece necesario que estos dos personajes tengan que conocerse para el desarrollo de esta historia. Algunas de las ideas parecen no coincidir con la época y algunos de los aspectos «policíacos» de la trama resultan tan confusos que el autor parece desaprovechar el intento de usar las historias paralelas de Cervantes y Shakespeare y no logra hacerlos «hermanos de tinta» de manera convincente. Así, la contraportada del libro resulta engañosa, pues describe una historia mejor que la que uno lee.
Con la coincidencia de haber culminado un proceso electoral en el país, escogimos el Ensayo sobre la lucidez, de José Saramago, para cerrar nuestro ciclo anual de lecturas. Después de la frustración que para algunos representó el resultado de los comicios locales, resultó refrescante leer una novela políticamente «incorrecta», donde el resultado de unas elecciones resulta en la prevalencia mayoritaria del voto en blanco.  Es una fantasía sobre el enfrentamiento entre la ciudadanía y el gobierno, que usa como referente a una epidemia previa sufrida por el mismo pueblo, la de la ceguera. Dicha epidemia también fue una creación magistral de Saramago, una década antes de la epidemia de lucidez que afecta a las mismas personas. De hecho, algunos de los personajes principales son los mismos de la aventura pasada; en esta ocasión se enfrentan a una maraña burocrática y de represión policial originada en la imposibilidad de aceptar que toda una población reacciona en contra del gobierno de turno, manifestando su inconformidad en masa, sin acuerdos previos ni conspiraciones, que serían la única explicación posible para los gobernantes, quienes no parecen haber superado la ceguera. Una dura crítica al estado, a los medios y a la represión oficial, que se muestra como una protesta en la que todos, o la inmensa mayoría, están de acuerdo en la necesidad de un cambio que el poder no deja llegar.


P.S.: Al final de este año de viajes literarios, dos de nuestros queridos contertulios han emprendido un viaje real al exterior, que esperamos sea temporal, lleno de éxitos y con feliz regreso. Ya tendremos ocasión de compartir sus crónicas.