viernes, 26 de septiembre de 2025

 Tertulias 2024 – 2025 (Año 16)

    Luego de un periodo de inactividad, intento retomar la vieja y autoimpuesta costumbre de reseñar las lecturas de cada año en el grupo de tertulias. Este grupo fue interrumpido por factores externos, como la pandemia y el confinamiento, que hizo que por un tiempo no pudiéramos reunirnos para compartir nuestras lecturas, pues la escencia de este grupo ha sido siempre la de tener un espacio común para compartir y hablar de los libros que leímos, pero también hablar de cualquier otro tema, siempre alrededor de algunas viandas y vinos. Nuestro club de lectura sobrevivió a esos tiempos de aislamiento, en los cuales las reuniones en cada uno de nuestros trabajos eran remotas, reuniones frías, que carecían de gracia.

    A diferencia de nuestras tertulias, muchas reuniones de trabajo en esos tiempos tuvieron un sentido de obligatoriedad que les restaban el interés y la calidez que fueron siempre la marca de nuestro grupo. A pesar de que pudimos reunirnos ocasionalmente, cada vez que las autoridades locales consideraban prudente levantar las restricciones de las interacciones sociales, la presión del trabajo diario siempre estuvo matizada por una especie de melancolía, en la que yo no encontraba ánimo o inspiración para continuar con estas reseñas.

    He aquí entonces el resumen de lo leído en el último año en este club, en el que tenemos nuevos miembros, otras mentes también provenientes de diferentes disciplinas, que hacen que este grupo siga siendo una actividad maravillosa, que ha fortalecido nuestros lazos de amistad y camaradería.

    En este último periodo anual (2024 - 2025), leímos los siguientes ocho libros:

·         - Retrato de casada, de Maggie O’Farrell

·         - El fin de la tristeza, de Alberto Barrera Tyszka

·         - Imposible decir adiós, de Han Kang

·         - Un perro de carácter, de Sándor Márai

·         - Los vulnerables, de Sigrid Nunez

·         - Kokoro, de Natsumo Sozeki

·         - Servir a los ricos, de Alizée Delpierre

·            Mis últimos diez minutos y treinta y ocho segundos en este extraño mundo, de Elif Shafak

    A continuación, una breve descripción de cada una de estas lecturas:

Retrato de casada

La novelista irlandesa Maggie O’Farrell escribe una novela histórica, basada en la vida de Lucrezia de Médici, a quien recrea en su ficción como una niña inocente, pero muy inteligente y con dotes artísticas. Atrapada en la Italia renacentista del siglo XVI, la protagonista es Lucrezia, quien es obligada a casarse por conveniencia con Alfonso II d’Este, duque de Ferrara, para consolidar su poder y para que pueda darle descendencia, con lo cual mantendría el dominio de sus tierras. En esta novela, O’Farrell describe un mundo de intrigas y pasiones, y hace un retrato del papel de la mujer en esa época, reflejo del poder masculino preponderante.

Desde la sinopsis del libro, el lector se entera de que la protagonista muere, y que se sospecha que falleció por envenenamiento de parte del marido, con el fin de volver a casarse y lograr su objetivo de tener un hijo que consolidara su patriarcado. Con una prosa emotiva, la autora logra situar al lector en una época pasada, a través de detalladas descripciones y retratos de los personajes que la rodean. Los rumores comienzan con el duque, quien nunca ha logrado embarazar a ninguna de sus amantes. Lucrezia trata de acudir a su madre para escapar de su destino, pero ella está de acuerdo con que su hija cumpla el papel reproductivo que se le ha asignado, con beneficio para las dos familias. La joven de espíritu libre es obligada a adaptarse a una realidad represiva, en la que no tendrá la  posibilidad de expandir sus horizontes. Fue separada de su nana y cómplice cuando se casó con Alfonso, por lo cual tampoco puede acudir a su ayuda para escapar de esta situación. Como era la costumbre de la época, su marido encomienda un retrato de su esposa, para exhibirlo como trofeo ante la sociedad que lo rodea. Ese «retrato de casada» es elaborado por un pintor ficticio, inspirado en Il Bronzino, quien fuera el autor real del retrato de Lucrezia de Médici. 

En ese opresivo universo, Lucrezia encuentra una nueva cómplice con la que trama su huída de la jaula de oro que es el palacio de su esposo. La detallada narración toma entonces matices de suspenso, en los que se mantiene la atención en busca de una respuesta: ¿logrará escapar Lucrezia a la dominación de Alfonso?  El final toma un giro inesperado…

El fin de la tristeza.

El escritor venezolano Alberto Barrera Tyszka presenta una novela que explora el límite entre la realidad y la ficción, a través del protagonista, Gabriel Medina, un personaje insulso, con traumas y tristezas propias, que vive en un país opresivo. Explora, quizá de manera superficial, temas como la depresión y la terapia psicológica, y de cómo algunos eventos externos pueden afectar la salud mental de un individuo. Escrita en tiempos modernos, donde las redes sociales y los medios de comunicación juegan un importante papel en la divulgación de la información, Gabriel encuentra elementos que nutren sus fantasías y frustraciones. Es una especia de crítica velada a la manera cómo se consume la información, especialmente a través de las redes sociales, y cómo esta información puede afectar la percepción de la realidad. En una narración que parece cubrir solo unos pocos días, la vida de Gabriel pasa de ser sencilla a trágica; de una vida simple y rutinaria, el protagonista descubre, a través de las noticias, que su psiquiatra ha sido acusada de homicidio. El piso que sostiene su mundo se demorona ante sus pies. Gabriel tiene que buscar una salida, que incluye una fantasiosa relación con una persona que apenas conoce. La narración resulta algo atropellada y la ficción resulta un poco inverosímil, por decir lo menos. No queda claro si se logra resolver cuánto de lo que se narra sucedió realmente y cúanto fue una vivencia real del protagonista, una persecución real de parte de las fuerzas del orden, o una elucubrada por una mente demasiado imaginativa, matizada por su triste vida.  

Imposible decir adiós.

De la premio Nobel Han Kang, cuya prosa es bella y profunda, la autora coreana elabora una historia de amistad que gira alrededor de un terrible hecho histórico: la masacre de Jeju, ocurrida poco después del fin de la Segunda Guerra Mundial, donde unas treinta mil personas fueron ejecutadas. Durante décadas, estuvo prohibido hablar siquiera acerca de este hecho, bajo pena de cárcel.

El estilo de Kang es evocador y sensorial, sus palabras llegan a la piel, donde se puede sentir el frío que describe en sus páginas. Mediante una historia aparentemente sencilla, en la que dos amigas se reúnen luego de que una de ellas, Inseon, sufre un accidente mientras trabaja en un proyecto de esculturas que se inspira en una pesadilla de la otra, Gyeongha. La autora logra hacer una novela de denuncia, pero también una muy bella y conmovedora descripción de la amistad entre estas dos mujeres dedicadas a dos facetas distintas del arte, una es carpintera, la otra es escritora. La carpintera es trasladada a un hospital en Seúl, muy lejos de su casa, y le encarga a su amiga escritora la tarea de cuidar a su cotorra Ama; en realidad, son dos cotorras, pero la otra, Ami, murió.

La simbología de Kang aproxima las dos cotorras a las dos amigas que protagonizan la narración.  Entre lírica y onírica, la novela es una oda a la amistad, matizada por los terribles acontecimientos que dan origen a las pesadillas de Gyeongha y por el accidente sufrido por Inseon mientras trata de construír una obra artística que evoque esa misma masacre.

Un perro de carácter

El gran escritor húngaro Sándor Márai escribió en 1932 una novela que recientemente fue traducida al español, en la que presenta una reflexión  acerca de la naturaleza humana y las relaciones entre las personas.

Con su mirada perspicaz, Márai hace un retrato de la sociedad de entreguerras en Budapest. El libro comienza hacia la Nochebuena de 1928, cuando el protagonista decide comprar un regalo a su esposa, a la que no se refiere por su nombre, sino simplemente con el apelativo de «la señora». Ya habían acordado, desde hacía unos años, no intercambiar regalos en estas fechas, para evitar afectar sus escasos recursos. Así, su esposa no espera recibir ningún regalo especial, excepto quizá algo que sea a la vez útil e innecesario, posiblemente algo de piel.

El esposo consigue un cachorro, supuestamente un pastor húngaro, una raza típica de ese país, que parece ser simpático y promete ser motivo de alegría para esa casa. En todo caso, está entre lo innecesario y lo útil, y, sobretodo, es de piel y puede dar calor. Parece una fábula, que se centra en el punto de vista del cachorro, pero también narrada desde el punto de vista de su dueño. Muestra cómo la paciencia y el cariño pueden ser armas eficaces para luchar cuando no se sabe qué hacer ante una situación en la que la única salida puede ser perdonar.

En un momento dado, el perro resulta tener carácter y se convierte en un ser indomable, como símbolo de la rebeldía que a veces aflora entre los seres humanos. El autor llega incluso a proponer que sea abordado como en un psicoanálisis, abordaje que merece la autocrítica sarcástica de Márai. Se dice que es una novela autobiográfica, que refleja las relaciones humanas en una sociedad en crisis. Como en sus otras obras, Márai recurre a su elegancia de estilo y a sus matices irónicos para describir esta nueva relación en la que decide embarcarse, una historia que concluye con una moraleja que propone que lo que amamos no es necesarimente lo hermoso y lo bueno, sino lo que gruñe y nos muestra los dientes…

Los vulnerables

La escritora neoyorquina Sigrid Nunez presenta otra novela de amistad, centrada alrededor de una tragedia de los tiempos modernos, la del confinamiento por la pandemia del COVID-19. La narradora termina cuidando a un loro llamado Eureka, propiedad de una amiga suya, que tiene un apartamento en la ciudad de Nueva York. En su apartamento deja a su mascota, donde vive en arriendo un joven estudiante. Por cuestiones prácticas, resulta más conveniente para la protagonista mudarse a ese amplio apartamento, donde comparte unos espacios con el estudiante y con el loro que ambos terminan cuidando. Hace una reflexión acerca de la fragilidad de las relaciones humanas y el impacto que tuvo un hecho inusual, como la pandemia, en nuestras vidas. Con un estilo fragmentado, que a veces resulta difícil de seguir, Nunez presenta un tema de gran profundidad, que hace reflexionar acerca de las relaciones humanas y los temas de amistad y cuidado, en un entorno citadino, pero enmarcado en una situación de confinamiento que nos afectó a todos de una u otra manera. Todos resultamos vulnerables en ese momento, y cada uno tuvo su propia vivencia del aislamiento, de la empatía y de las relaciones interpersonales. Todos tuvimos un espacio propio y uno común, en el cual convivimos con diferente grado de temor hacia los demás y hacia uno mismo, así como la posibilidad de que pudiéramos afectar la salud de los que nos rodeaban. Sigrid Nunez hace referencia a varias obras literarias, una especie de insinuación acerca de cómo la literatura puede ser de gran ayuda para la experiencia vital. Su estilo es preciso, sin tantos ornamentos, con un tono directo que lleva de la mano al lector, aunque ocasionalmente parece enredarse por algunos vericuetos curiosos, como las citas literarias ya descritas, o las alusiones a la belleza de los nombres de las flores, en contraposición a los nombres de las malas hierbas.

Al final, aunque el loro es la excusa para unir el ambiente de convivencia entre dos personajes que no se conocían, no queda muy claro el papel de ese animal en la narración, papel que parecería ser prescindible.

 Kokoro

Una novela japonesa clásica del escritor Natsumo Sozeki, publicada en 1914, en la que explora temas como la amistad, el deseo, la culpa y la traición, enmarcada en el estoicismo de la sociedad japonesa de comienzos del siglo XX. Una reflexión acerca de la tradición y la modernidad, que refleja algunos de los cambios sociales y culturales que sufrió ese país.

A un joven estudiante le llama la atención el porte y la aparente sabiduría de un señor mayor que él, a quien descubre de casualidad en una playa. Decide que ese señor desconocido puede ser su maestro o sensei (a lo largo de la narración se refiere a él siempre como sensei, sin mencionar su nombre), una especie de guía y de figura paterna a la vez, aunque el joven tiene a su padre vivo, en un pueblo rural distante de la ciudad. El joven se acerca a el señor en busca de convertirlo en su mentor, aunque al principio el «maestro» no parece muy interesado en entablar una amistad u otro tipo de relación con el joven. La novela tiene un ritmo pausado, estoico, como en el estereotipo de la sociedad japonesa, pero también melancólico y pesimista. A medida que se avanza por este lento camino, se revelan algunos antecedentes del sensei y de su alumno, con algunos matices sobre la familia del joven, así como los antecedentes del mismo sensei, con una detallada descripción de una relación de amistad que tuvo cuando era joven, quizá de la misma edad de quien ahora quería recibir su sabiduría. Se revela entonces una especie de traición que llevó al trágico final de esa antigua amistad, y se plantean algunas reflexiones, como el posible arrepentimiento y la culpabilidad por haber llevado esa amistad a su triste desenlace. La novela presenta un retrato de la sociedad japonesa en un momento de transición entre lo tradicional y lo moderno, y lleva a reflexionar acerca de las relaciones humanas, familiares y de amistad. Kokoro es una palabra de difícil traducción del japonés, pues puede significar literalmente «corazón», pero denota también la complejidad del alma humana y hace referencia a la espiritualidad y a la esencia de las cosas. Podría equipararse al concepto melancólico, nostálgico o de añoranza de la palabra portugeusa y gallega saudade, que también hace referencia a la soledad, así como a la sensación de triste sobrecogimiento que se asocia a los blues de la cultura musical afroamericana, originada en el sur de los Estados Unidos.

Servir a los ricos

Se trata de un ensayo, no de una obra de ficción. Se ha descrito como un  estudio entre sociológico y periodístico, que describe una investigación acerca de la relación entre el servicio doméstico y sus empleadores, en este caso, siempre de personas de grandes fortunas. Alizé Delpierre revela algunos detalles que no sorpenden, acerca del abuso sobre el servicio doméstico, que trabaja durante extenuantes jormadas que a veces no tienen fin, a cambio de un sueldo muy alto, lo que constituye una «explotación dorada». La autora incluye una parte en la que juega el papel de niñera, para adentrarse en este mundo de un nivel económico muy superior al de otros puestos, que suelen tener menor ingreso, pero también mejores condiciones laborales. Los salarios tan altos sirven para mantener cautiva – y esclavizada– a un grupo de personas que deben estar disponibles a toda hora para cumplir con los caprichos de sus empleadores, incluso al abuso físico y psicológico que implica servir sin descanso y sin otras prebendas, aunque esta relación abusiva esté camuflada por los gruesos salarios recibidos.  La autora hace referencia al libro Canción Dulce, de Leila Slimani, que habiamos conocido en este grupo de lectura, en el cual una niñera «perfecta» termina asesinando a los niños que ha sido contratada para cuidar, como se revela desde el comienzo de ese libro, para que no resulte sorprendente. En este caso, Delpierre presenta una obra de no ficción, en la que presenta algunos detalles reveladores acerca de este tipo de empleados y sus empleadores, así como las tensas relaciones entre las dos partes, siempre por el poder que los segundos ejercen sobre los primeros, basado en un pago que puede ser exorbitante, y que definitivamente permite a esta servidumbre, en muchos casos conformada por migrantes, ahorrar y enviar dinero a sus familias en sus países de origen. Claramente una relación abusiva, que también llega a ser de maltrato, pero sin que la investigación haya revelado, en mi opinión, información nueva. Este relato periodístico tampoco resulta en acciones tangibles que permitan suponer que la contratación de este tipo de personal vaya a cambiar, ni que las condiciones de abuso laboral vayan a mejorar en ese ámbito de tan alto nivel económico y remunerativo. Para mí, esto hace que la investigación parezca inútil…

Mis últimos diez minutos y treinta y ocho segundos en este extraño mundo

La escritora turco-inglesa Elif Shafak se basa en una teoría «científica», según la cual, después de la muerte, el cerebro parece seguir con actividad eléctrica durante unos diez minutos y medio. Esa actividad cerebral, que no parece equipararse a un estado real de conciencia, ha sido detectada en algunos pocos casos de muerte intrahospitalaria, en la que se ha podido obrtener un registro de ondas cerebrales durante un tiempo considerado largo, de hasta diez minutos después del cese de las funciones vitales. Según esos hallazgos, algunos científicos han sugerido que este tipo de actividad  cerebral podría explicar las narraciones de personas que han tenido experiencias cercanas a la muerte, como sería el caso de pacientes que entran en paro cardiorrespiratorio, que luego son reanimados con éxito y sobreviven después de un evento de estos.  

Algunos de esos pacientes cuentan que recuerdan detalles de toda su vida, que visualizan como una «película» en la que pueden recrear toda su vida en instantes. Con esta teoría como sustento, la autora recrea la vida de Leila, una prostituta, que es asesinada al comenzar la narración. Su cerebro, activo por unos minutos, permite recrear los recuerdos de su vida, pero con algunos saltos temporales que hacen que la historia, por momentos, sea difícil de seguir. Esta origonal narración se divide en tres partes: la mente, el cuerpo y el alma.

La mente se encarga de narrar la vida de la protagonista, según esa teoría de la persistencia de la actividad cerebral durante unos minutos después de la muerte biológica, donde su corazón ya se ha detenido.

La protagonista revela los detalles de su vida y de la manera cómo llega a Estambul. Cada capítulo avanza por los minutos siguientes a su asesinato, donde evoca recuerdos sensoriales, especialmente centrados en el sentido del gusto, como el de los guisos de cabra, el limón, la sandía y el café con cardamomo, entre otros. Sus recuerdos nos revelan su relación de amistad con las cinco personas más cercanas de su entorno. Estos amigos van a ser cruciales para el desarrollo del resto de esta historia, que está centrada en una época real, con la inclusión de algunos detalles históricos, lo cual de confiere cierta autenticidad a la misma. Además de los amigos de la protagonista, la ciudad de Estambul juega definitivamente un papel protagónico en esta narración.

La segunda parte del libro muestra la aventura de los amigos íntimos de Leila, en su afán por recuperar su cuerpo, para evitar que temine en el Cementerio de los Solitarios, un lugar real en la ciudad turca donde se desarrolla esta historia. Los cuerpos de los que terminan en este camposanto nunca son reclamados, y sus tumbas no llevan lápidas sino números.

Luego de revelar la identidad de los asesinos de Leila, el libro termina con el alma, la parte que representa la emancipación final de la protagonista. Una narración bella, intensa y original, en la que se hace énfasis en los recuerdos y sensaciones, así como en la importancia de la amistad entre personas que llevan una vida difícil, en una ciudad misteriosa que también es crucial en esta historia, cuyo desenlace es sobrecogedor. 

 

Aquí termina la recopilación de lo leído en el último año. Vendrán nuevas lecturas para nuestro renovado grupo, que espero reseñar oportunamente. Entretanto, iré recopilando la información de los últimos cinco años, para completar la brecha de información acerca de nuestras lecturas. Con ánimo renovado, retomo ahora esta actividad de escribano; poco a poco actualizaré las reseñas de los años anteriores, hasta completar los resúmenes de los cinco años de mi propia inactividad, que, junto a los diez años anteriores en los que había reseñado los 107 libros leídos hasta entonces, corresponden a un total de 152 libros en estos 16 años.